Vuelta a la portada FACSÍMIL DIGITAL DEL BEATO DE VALLADOLID



En el año 2002 IMPROMPTU, en colaboración con la UNIVERSIDAD  DE VALLADOLID, sacó a la luz la versión digital del llamado “Beato de Valladolid”.

 
En ella se pueden ver la casi totalidad de las páginas del códice, sus 87 miniaturas, con más de una hora y media de audiovisuales que permiten comprender el sentido de las mismas, 105 pantallas de estudio basados en los trabajos de varios profesores de la universidad para profundizar en el conocimiento del libro, mientras se escucha un repertorio musical ad hoc, proporcionado por el sello discográfico “naive ibérica”.


Vuelta a la portada Las dos novedades más importantes que aparecen en esa edición, ambas creación exclusiva de Impromptu, son que se ve las páginas del libro pasar en “tiempo real” (un año más tarde la British Library comenzó a editar reproducciones de sus manuscritos más prestigiosos que integran esta función) y la posibilidad de examinar cada miniatura a tamaño superior al original con distintos tipos de “luces”.




¿QUÉ ES UN “BEATO” ?

A finales del siglo VIII, un monje llamado Beato, abad posiblemente del actual monasterio de Santo Toribio de Liébana, escribió un libro de comentarios al Apocalipsis de Juan.

Siglo tras siglo, esos comentarios fueron copiados en los escritorios de los monasterios.

Vuelta a la portada Mucho más tarde, por derivación, acabó llamándose “Beatos” a todos los códices que procedían del original que Beato de Liébana había escrito.

Pero en realidad no fue el texto el que dio celebridad a los “Beatos”, sino una espléndida ilustración miniada muy variada y de un colorido y un estilo muy peculiares.



EL BEATO DE VALLADOLID

El Beato de Valladolid es un manuscrito fechado en el año 970, es por tanto uno de los más antiguos conservados en el mundo, tras el “Beato de Magius” del 920, que se encuentra en la Pierpont Morgan Library de Nueva York.

Las bibliotecas más prestigiosas del mundo guardan como un preciado tesoro los manuscritos que han llegado hasta nosotros. Todos esos códices fueron escritos en monasterios de la España medieval, salvo uno: el Beato de Saint Séver, que fué realizado en Francia por un monje hispano.





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